Contexto tiempo-espacio.
El accidente ocurrido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear de Chernóbil, situada en la región ucraniano-bielorrusa conocida como Polesie, a orillas del río Prípyat, a solo 130 kilómetros de la ciudad de Kiev, donde alguna vez la selección peruana de fútbol un 19 de abril de 1972 perdiera 2 a 0 en partido amistoso con vías de preparación para las eliminatorias del mundial de Alemania 74, Perú era dirigido por el húngaro Lajos Barotti, un prestigioso técnico que quiso modernizar el fútbol peruano y dotarlo de virtudes adicionales a su reconocido buen trato al balón, algo que no llegó a darse por motivos que no son para tratarlos aquí. La tragedia de Chernóbil ocurre en un contexto de plena guerra fría entre los Estados Unidos y la que era entonces la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), algunos piensan incluido quien aquí escribe que el accidente marcó el inicio del derrumbe del comunismo, máxime representado por este especie de imperio y que luego al cabo de algo más de tres años llegaría a su fin, simbolizado en la caída del muro de Berlín en 1989. Este espacio-tiempo es muy importante tenerlo en cuenta porque explica una de las fundamentales causas del accidente, la decisión política del Kremlin de construir una central nuclear en la zona europea de la URSS, y muy especialmente de permitir que el reactor nuclear fuera del tipo RBMK ya que éste permitía obtener grandes cantidades de plutonio para fabricación de bombas atómicas, las razones pues eran no solo de abastecer la demanda de energía sino también de índole militar.
La Central Nuclear.
Una central nuclear, para aquellos poco familiarizados con esta tecnología es una especie de tetera de enorme tamaño que al hervir agua a grandes presiones, muy por encima de la presión atmosférica da como resultado un vapor muy caliente que mueve una máquina térmica conocida como turbina y esta a su vez acciona un generador de electricidad.
En las centrales
convencionales esa producción de calor se da primero en un dispositivo conocido
como caldera y que también se le llama generador de vapor, en una nuclear, la
caldera vendría a ser el reactor nuclear, que es un dispositivo donde se lleva
a cabo la reacción conocida como fisión nuclear, donde un átomo pesado e
inestable como el uranio se rompe en núcleos más ligeros como el bario y el
kriptón y a su vez generando neutrones que a su vez van rompiendo más átomos de
uranio y produciendo una reacción en cadena que genera monumentales cantidades
de calor que se aprovechan para generar vapor para mover turbogeneradores
(turbina+generador).
En Chernóbil se utilizó
un tipo de reactor nuclear de diseño y uso exclusivo de la Unión Soviética, el
denominado RBMK que usaba agua como refrigerante, para enfriar el reactor y así
evitar que se funda por las grandes temperaturas que se dan dentro y grafito
como moderador para que los neutrones frenen su velocidad y puedan romper los
núcleos de uranio 235, el combustible nuclear por excelencia. Este tipo de
reactor fue rechazado por todos los países que utilizan centrales nucleares por
considerarlos muy inseguros y porque en comparación a los más usados como son
los de agua ligera generan una considerable cantidad de desechos radiactivos en
una proporción de 40 a 1 por día.
Figura 3. Reactor tipo RBMK usado en Chernóbil
El Accidente
Aunque parezca mentira,
el accidente ocurrió por un “experimento” que quisieron hacer los encargados de
la central y donde violaron todos los reglamentos de operación segura que se deben
de cumplir en el caso de centrales nucleares, a lo que hay que agregar que
desde el jefe de la central hasta el inmediato superior a quien tuvo la mala
fortuna de apretar el fatídico botón AZ-5 (más adelante lo explicamos), pues
ninguno de ellos eran expertos en ingeniería nuclear, eran físicos, ingenieros
mecánicos, ingenieros electricistas y con un casi nulo conocimiento y
experiencia en centrales nucleares ¿y cómo es qué llegaron ahí? Pues por
favores políticos de camaradas del partido comunista, ya que los sueldos que
ahí pagaban eran los más altos que existían en la Unión Soviética y la ciudad
de Prípyat donde vivían los trabajadores de la central era una de las más
bellas y que gozaban de comodidades muy por encima de las demás, en otras
palabras era como vivir en el paraíso para quienes lograban un destaque en
dicha ciudad, la central llevaba el nombre de nada menos que de uno de los
dioses del comunismo como lo fue Vladimir Ilich Ulianov (a) Camarada Lenin.
La prueba o experimento
consistía en determinar el tiempo que por inercia podía seguir moviéndose el
turbogenerador desde el momento que se le cortaba el suministro de vapor, con
la finalidad de saber si con esa energía en inercia de movimiento se podía
activar las bombas de refrigeración mucho antes que pudieran entrar en acción
los grupos diésel de emergencia y que recién transcurridos un minuto dan el
suministro eléctrico necesario, ese tiempo de vacío de 60 segundos se quería
cubrir con la inercia de la turbina y así asegurar la refrigeración que siempre
necesita el reactor. Esta apocalíptica prueba comenzó un día antes con una
bajada de 3200 megawatts de potencia nominal térmica, que es lo máximo que
podía dar el reactor a la mitad de ella, es en ese momento que del centro de
despacho de carga solicitan a la central que no baje su potencia ya que
necesitaban más calefacción por el duro invierno que afrontaban en ese
instante, en la URSS las centrales nucleares eran fuente no solo de
electricidad sino también de lo que llaman calefacción distrital. Un detalle escalofriante
hasta aquí es que desde que dieron comienzo al “experimento” se desconectaron
todos los sistemas de seguridad que normalmente deben siempre estar activados
en una central nuclear, siendo el más importante, el denominado Sistema de
Refrigeración de Emergencia (SRER) último recurso que se tiene para inundar el
núcleo del reactor con agua de refrigeración para así evitar que se achicharre
ante la falta de ella y comience a
desintegrarse las paredes del reactor exponiendo el núcleo de esta manera a una
emisión directa de la peligrosísima energía radiante de partículas alfa, beta y
gamma.
Figura 4. Secuencia de descenso de la
potencia del reactor n° 4 de Chernóbil durante el “experimento”
La prueba se mantuvo en
stand by hasta que se reinició a la medianoche del 26 de abril, la central
tenía turnos de día y de noche, los que habían preparado la prueba y tenían mayor
conocimiento de la misma eran los primeros, la mala suerte fue que el reinicio
le correspondió al turno nocturno que casi no estaba al tanto de la misma, la
suerte de la central estaba echada. Observando la figura 4 vemos que de 3200 Mw
de calor que es lo máximo que el reactor podía dar se le dejó en una zona de
casi la mitad de ella, el límite seguro lo podemos ver en esa banda de líneas
punteadas azules, por debajo de ella el reactor entra en una zona inestable y
peligrosa entre 600 y 700 Mw, sin embargo se sobrepasó largamente esa cifra
bajando la potencia hasta 200 Mw, Según las normas cuando un reactor nuclear
está por debajo del 80% de su capacidad, en lenguaje de centrales eléctricas se
le conoce como “mínimo técnico”, debe ser inmediatamente parado porque el
reactor entra a lo que se conoce como envenenamiento del mismo al generarse gases radiactivos como el xenón, dentro de él ,
y no debe volver a funcionar hasta pasar
24 horas,sin embargo el ingeniero jefe de ese momento Anatoli Stepánovich
Diátlov, en realidad su apellido debió ser de diablo, dio la orden de seguir
adelante con la aberrante prueba, solo un tímido ingeniero de apellido Akímov
se negó inicialmente a cumplir la descabellada orden, sin embargo fue duramente
increpado y amenazado por Diátlov y terminó cediendo. La única manera de subir
la potencia que estaba en 200 Mw para llevarla al umbral de la franja azul era quitando
las barras de control que en número y según normativa debía estar como mínimo
en 28, estas barras contienen boro que es un material que absorbe neutrones
impidiendo de esta manera que impacten con los núcleos de uranio y extinguiendo
por tanto la reacción nuclear, pues se procedió al retiro de 6 a 7 de ellas con
lo que se reinició la fisión nuclear, escapando así de la condición de
envenenamiento, inclusive Toptunov otro de los ingenieros participantes, en su
lecho de muerte post accidente llegó a declarar que finalmente solo habían
quedado 18 de las 28 barras de reglamento. Es en ese momento que el reactor
entró en crisis ya inmanejable.
El fatídico
botón AZ-5
Toptunov recibe un
reporte de la computadora “Skalá” de la sala de control que indicaba que el
reactor debía de ser parado ya que tenía ausencia de las barras de control
obligatorias, solo faltaban siete minutos para el desastre. Todas las plantas
nucleares tienen un botón de parada de emergencia, en las soviéticas se le
llamaba AZ-5, se usa como último recurso, algo así como el teléfono rojo que
comunica a los presidentes ruso y
norteamericano para evitar que un error pueda desencadenar un ataque nuclear,
ante la gravedad de la situación Akímov recurre desesperado al AZ-5 que lo que
quiere es que las 32 barras de control de boro bajen súbitamente todas y paren
al reactor, sin embargo y en otro de los trágicos diseños del RBMK al caer
éstas tienen en la punta grafito lo que hizo que más bien subiera la
reactividad, se termine de vaporizar toda el agua que quedaba y el reactor de
3200 Mw de potencia nominal subiera en un abrir y cerrar de ojos a la friolera
suma de 32000 Mw, diez veces más de lo máximo que su diseño establecía, es en
ese momento que ocurre la catastrófica explosión del reactor de la unidad
número cuatro de Chernóbil.